Con vistas al Vesubio

Qué ver en Nápoles, la ciudad más auténtica del sur de Italia

Las coordenadas clásicas y contemporáneas para conocer una de las ciudades más bellas y fascinantes de Italia.

Con poco menos de un millón de habitantes, Nápoles es la ciudad más importante del sur de Italia y la tercera después de Roma y Milán. Abierta a un grandioso golfo que lleva su nombre en el que despuntan islas maravillosas y el mítico monte Vesubio, la ciudad muestra orgullosa el crisol de culturas que han forjado su rica historia y el peculiar carácter de los napolitanos, una manera de ser desenvuelta y expansiva que se expresa en un dialecto propio y que impregna todos los ámbitos de la vida.

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Catedral de Nápoles
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Duomo

La catedral napolitana destaca por su mezcla de estilos, sobre todo gótico. Su nombre oficial es Santa Maria Assuntay está dedicada a san Genaro, patrono y obispo de Nápoles. Se levantó en el siglo XIII en el lugar donde antiguamente se encontraba el templo de Apolo. Su atracción principal es la tumba del mártir y la Capilla del Tesoro, que exhibe una colección de objetos y joyas que le pertenecían. Lo que más llama la atención son las dos ampollas que contienen su sangre seca, que tres veces al año (primer domingo de mayo, 19 de septiembre y 16 de diciembre) se expone ante miles de devotos que esperan ver el milagro de su licuefacción.

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Plaza del Plebiscito
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Piazza Plebiscito

Su pórtico columnado es un emblema de Nápoles. Del siglo XVIII, es una de las plazas más grandes de Italia, de 25.000 m2. Con la Basílica de San Francesco di Paola, ejemplo de arquitectura neoclásica, y un elegante pasaje columnado que acoge eventos solemnes y populares.

 

Cerca se halla la Galería Umberto I, de finales del siglo XIX aunque reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, recuerda la de Milán por su estructura de hierro y vidrio y el suelo de mosaicos con dibujos de los vientos y los signos del zodiaco.

Galería Príncipe. Nápoles
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Galería Príncipe 

Es uno de los tres pasajes comerciales cubiertos del siglo XIX que hay en el centro de la ciudad. Es de estilo modernista, con una cúpula de hierro y vidrio, y pavimento de mosaicos con formas geométricas, recuerda la Galería Vittorio Emanuele de Milán o algunas parisinas de la misma época.

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Castel dell'Ovo
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Castillo del Ovo

Esta fortaleza del siglo XII se alza sobre el islote de Megaride con la ciudad a sus espaldas, el paseo Caracciolo a un lado y, al otro, el golfo de Nápoles. El castillo data del siglo XII y está envuelto en leyendas, aunque la más famosa es la que tiene que ver con su nombre. Cuenta la historia que el poeta Virgilio escondió en los subterráneos de la fortaleza un huevo dentro de una garrafa de agua que, a su vez, se hallaba dentro de una jaula de hierro; se dice que el destino de la ciudad dependía de que ese huevo no saliera nunca de allí.

Castel Nuovo
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Y Castel Nuovo

Denominado Maschio Angioino por su aspecto macizo. El castillo, construido entre 1279 y 1282 para ser sucesivamente ampliado y reconstruido varias veces hasta el siglo XV, ha sido el escenario de importantes eventos históricos, como la abdicación del papa Celestino V y la elección de su sucesor, Bonifacio VIII. Fue durante el reinado de Alfonso V de Aragón cuando se le sumó el esbelto arco triunfal de mármol blanco, construido entre las dos torres occidentales. En la actualidad es la sede del Museo Cívico de Nápoles. Su Capilla Palatina exhibe frescos de Giotto.

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Capilla nápoles
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Capilla Sansevero

Próxima a la piazza San Domenico Maggiore, esta iglesia desacralizada esconde uno de los museos más fascinantes de Nápoles con obras de arte tan imprescindibles como el Cristo Velado, escultura en la que Giuseppe Sanmartino logró el milagro de hacer transparente el mármol. De hecho, cuenta la leyenda que fue el alquimista y príncipe Raimondo di Sangro quien le enseñó el método de calcificación con el que logró convertir la tela en mármol. Hay mucho más que hace de este lugar realmente algo especial, como las conocidas como “máquinas anatómicas”, dos cuerpos humanos totalmente descarnados que muestran el sistema circulatorio, o los múltiples símbolos masónicos que hay repartidos en su interior.

QUARTIERI SPAGNOLI 
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Quartieri Spagnoli 

El barrio más canalla de Nápoles reúne ambiente popular, altares y murales de Maradona. Este barrio, que surgió por deseos del virrey español don Pedro de Toledo con el fin de acoger a las guarniciones militares españolas destinadas a la represión de las revueltas de la población napolitana, es ahora un hervidero de turistas procedentes de todo el mundo que pasean a sus anchas y sacan fotografías mientras los vecinos están sentados a la puerta de sus casas, los bajos conocidos como bassi. El gran mural dedicado a Diego Armando Maradona que cubre la pared de un edificio en Via Emanuele de Deo se ha convertido en un altar secular al que todos rinden tributo. Es una de las estampas inconfundibles de la ciudad junto a los empinados callejones cruzados por hileras de coladas tendidas secándose entre los edificios.

Vistas de Nápoles con Castel Sant'Elmo
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Castel Sant'Elmo

Emplazado en lo alto de la colina del Vomero, donde fue cavado en parte en roca viva, es el castillo más extenso y poderoso de Nápoles. Una plaza defensiva diseñada en el siglo XVI por el arquitecto valenciano Pedro Luis Escrivà que siempre fue ambicionada militarmente, ya que desde el mismo se podía controlar toda la ciudad, el golfo y las calles que llevan a la ciudad desde las alturas en los alrededores. Exactamente esta es la característica por la que se valora actualmente por parte de los turistas, ya que se trata de uno de los mejores miradores para ver Nápoles desde las alturas. Además hoy en día tiene un acceso de lo más cómodo con el funicular. Hoy el castillo es sede del "Museo Napoli Novecento 1910-1980" y de varias exhibiciones temporales y festivales.

Nápoles Subterránea
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Nápoles subterránea

La entrada principal está en la plaza de San Gaetano. La detallada visita guiada es un viaje a través de las leyendas, tradiciones y hechos históricos que tuvieron como escenario los espacios subterráneos de la ciudad. Los griegos los usaron como cisternas de agua de lluvia, los romanos los aprovecharon para canalizar el agua y durante la Segunda Guerra Mundial sirvieron de refugio antiaéreo.

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Catacumbas 

Las catacumbas de San Genaro y las de San Gaudioso son un laberíntico y kilométrico cementerio excavado fuera de las antiguas murallas en época paleocristiana. Las de San Genaro presentan dos niveles y fueron las primeras en construirse, en el siglo II, con la sepultura del primer santo de la ciudad, Sant’Agrippino. Las de San Gaudioso se encuentran debajo de la Basílica de Santa Maria della Sanità y datan de los siglos IV y V. La visita de las catacumbas permite conocer la relación de los napolitanos con sus difuntos y con el más allá.

 

Galleria Borbonica. Nápoles
Foto: galleriaborbonica.com

Galería Borbónica 

Un largo pasillo subterráneo mandado construir en 1853 por Fernando II. La visita permite escoger entre varias opciones, incluso un tour de espeleología en compañía de un guía y equipados para adentrarse en lo más profundo. La galería se encuentra a 40 m bajo tierra y atraviesa la red de cisternas de épocas anteriores. Se utilizó como refugio durante la Segunda Guerra Mundial.

 

Villa Pignatelli
foto: iStock

Villa Pignatelli

La suntuosa decoración interior es la principal característica de este palacete del barrio de Chiaia, cerca del paseo marítimo Caracciolo. Fue edificado para sir Ferdinand Richard Acton, hijo de uno de los ministros de Fernando I de las Dos Sicilias. El complejo actual hospeda dos museos, el Pignatelli Cortés y el de las Carrozas. A poca distancia se levanta el Palazzo Roccella, del siglo XVIII. Desde 2005 aloja la sede del Palazzo delle Arti di Napoli (PAN), de arte contemporáneo.

Teatro ópera de San Carlos. Nápoles
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Teatro San Carlos, la Ópera

Es el teatro de ópera más antiguo del mundo, inaugurado en 1737, años antes que las de Milán y Venecia. Está conectado al Palacio Real por deseo de su promotor, Carlos VII de Nápoles, quien quiso construir el mayor teatro de Europa y lo decoró con tapicería azul y oro, los colores de los Borbones, aunque ya solo queden los dorados.

Estación de metro Toledo. Nápoles
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Estación Toledo 

Este acceso al metro es una obra sorprendente, diseñada en 2012 por el arquitecto catalán Óscar Tusquets Blanca. El elemento que más asombra es el Cráter de Luz, un cono que atraviesa todos los niveles de la estación, conectando la calle con el vestíbulo, construido a 40 metros bajo tierra. 

 

En el primer piso se conservan vestigios de la muralla de la época aragonesa (1484-1501) y en el Museo de la Estación, Stazione Neapolis, ubicado en el pasillo que comunica la estación con el Museo Arqueológico Nacional, se exhiben piezas del Neolítico halladas durante las excavaciones. No son las únicas muestras de arte en la estación: también hay los grandes mosaicos de William Kentridge, realizados en piedra y pasta de vidrio, o el mosaico de Lamont-Young.

 

Plaza Dante. Nápoles
Foto: istock

plaza Dante 

Reformada en el siglo XVII, es un bello espacio con cuatro iglesias que le dan un aire solemne: Immacolata degli Operatori Sanitari, Santa Maria di Caravaggio, San Domenico Soriano y San Michele a Port’Alba.

 

Al levantar la mirada vemos el Reloj Astronómico que destaca en el edificio del Convitto Nazionale y que indica la Ecuación del Tiempo, es decir el punto más alto que alcanza el sol (el cénit, el mediodía) a partir de calcular la diferencia entre el tiempo medio (el que marcan los relojes) y el solar. Realizado en 1853, es un ejemplo único en Europa.

Museo arqueológico de Nápoles
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Museo Arqueológico Nacional

De antigua caballeriza durante el Renacimiento a Palacio de los Estudios Reales y, finalmente, sede para albergar el Museo Real y la Biblioteca Real. Hoy consta de cuatro grupo de colecciones: la Colección Farnesio, con piezas provenientes de Roma, y las colecciones pompeyanas, con objetos procedentes de Pompeya o Herculano, son las que concentran la mayor atención de los visitantes. En la colección pompeyana destaca el singular Gabinetto Segreto, creado en 1817 con objetos obscenos y eróticos, cuya exposición ha ido superando siglos de censura y secretismo hasta mediados del siglo XX. Aún así, los menores de catorce años solo pueden entrar acompañados.