Genio artístico

Mariano Fortuny, el pintor que revolucionó la moda

Mariano Fortuny

Mariano Fortuny

Mariano Fortuny en su caballete. Fotografía tomada hacia 1930.

Alamy / ACI

En su novela En busca del tiempo perdido, Marcel Proust camufló bajo nombres de ficción a todos los contemporáneos que intervenían de un modo u otro en la intriga. Solo uno aparece con su verdadero nombre: Mariano Fortuny. Proust lo citaba como el modista que elaboró los lujosos vestidos que gustaba llevar Albertine, la joven de la que el personaje llamado Marcel está locamente enamorado. 

«Se echó sobre los hombros una capa de Fortuny, que se llevó al día siguiente y que no volví a ver en mis recuerdos», escribe Proust en una ocasión, mientras que en otro pasaje habla del color del vestido de Albertine, «un azul profundo que, a medida que sus ojos se fijaban en él, se transformaba en oro maleable, por esas mismas transmutaciones que ante la góndola que avanza transforma en metal llameante el azul del Gran Canal».

Mariano Fortuny y Madrazo, el pintor, empresario y diseñador al que se refería Proust, era hijo del famoso pintor Mariano Fortuny y Marsal y de Cecilia de Madrazo. En 1873, dos años después de ver la luz en Granada, su familia se instaló en Roma, en Villa Giulia. Tras la temprana muerte de su marido, con solo 36 años, Cecilia se trasladó a París con sus hijos para alojarse con su hermano Raimundo, también pintor, que sería el mentor de su sobrino. Mujer de gran cultura y hábil pianista, Cecilia ejerció también gran influencia sobre su hijo y, entre otras cosas, le transmitió su pasión por los tejidos, de los que era coleccionista.

 

Cronología

Pintor, modista, inventor

1871

Mariano Fortuny nace en Granada, donde residen sus padres: el pintor Mariano Fortuny y Marsal y Cecilia Madrazo.

1901

Su trabajo como decorador teatral le inspira la invención de un sistema de iluminación escénica.

1909

Fortuny patenta el vestido Delphos, que había diseñado su esposa Henriette, inspirado en una escultura clásica.

1933

Empieza a producir las témperas Fortuny, una serie de cincuenta colores para pintar basados en fórmulas vanguardistas.

1949

Mariano Fortuny y Madrazo muere en Venecia. Es enterrado en Roma, cerca de la tumba de su padre.

 

 

Regreso a Italia

Cuando Mariano tenía 17 años, su madre decidió volver a Italia, esta vez a Venecia. Al principio, Fortuny se dedicó a la pintura, que definiría como «mi verdadero oficio». En 1896 fue premiado en la Exposición Internacional de Arte de Múnich por su cuadro Las doncellas de las flores, y en 1899 participó en la Bienal de Venecia.

Al mismo tiempo, Fortuny probaba suerte en el mundo del teatro. En 1900 diseñó los decorados y el vestuario para el estreno en La Scala de Milán de la ópera Tristán e Isolda, de Wagner, obra que desde su adolescencia le había fascinado e inspirado. Al año siguiente diseñó el vestuario de una obra de teatro de Gabriele D’Annunzio, Francesca da Rimini, protagonizada por Eleonora Duse, a quien volvería a vestir tiempo después en un drama de Henrik Ibsen. 

Esta actividad teatral reavivó en Mariano Fortuny el interés por la indumentaria, que ya había experimentado observando los tejidos de la colección de su madre. La vida en Venecia aguzó igualmente su sensibilidad. Allí, Fortuny tuvo la oportunidad de estudiar a los grandes artistas vénetos, como Carpaccio y Tintoretto, maestros en el uso del color, y pudo asimilar la estética de los tejidos orientales y de las evanescentes atmósferas de la laguna. 

Jardín de invierno del palacio Fortuny

Jardín de invierno del palacio Fortuny

Jardín de invierno del palacio Fortuny, antiguo palacio Pesaro degli Orfei, en Venecia.

Roberto Serra / Getty Images

Pero la influencia determinante que lo llevó a aventurarse en la elaboración de tejidos fue la de una mujer que se convertiría en su esposa y a la vez en su inseparable y apasionada colaboradora artística: Adèle Henriette Elisabeth Nigrin, conocida simplemente como Henriette. Probablemente se conocieron en París en 1902, y ese mismo año se reunieron en Venecia. A causa de la oposición de la madre de él, no se casaron hasta 1924, pero ambos colaboraron inmediatamente en la realización de tejidos. En 1907 fundaron un taller de estampación artística. Su sede, el actual Museo Fortuny, se hallaba en el palacio Pesaro degli Orfei, en el barrio de San Marco. Allí cobraron vida las telas para mobiliario y confección. El propio Fortuny destacó el papel activo de su esposa, anunciando la creación del taller con estas palabras: «Mi mujer y yo hemos fundado en el palacio Orfei un taller de estampación que sigue un método totalmente innovador [...]. El taller comenzó con chales de seda y evolucionó hacia los vestidos».

El chal al que se refería el artista era una prenda inspirada en el himatión, la capa drapeada que utilizaban originalmente los hombres de la antigua Grecia. Fortuny la llamó Knossos. La tela se estampaba con sellos de madera, que creaban motivos –principalmente botánicos– tomados del repertorio del arte griego, ya fuese minoico, cretense o clásico.

La prenda que en 1909 consagró definitivamente a la pareja en el sector de la moda a escala mundial fue un vestido al que llamaron Delphos. Para comprender el éxito de esta sencilla túnica de estilo jónico, inspirada en la estatua del Auriga de Delfos encontrada en 1896, hay que recordar que en aquella época todavía dictaban la moda los vestidos voluminosos, los corsés y las enaguas que ceñían el cuerpo. 

El Auriga de Delfos

El Auriga de Delfos

El Auriga de Delfos, modelo del vestido Delphos de Fortuny.

Album

 

Un nuevo estilo

El vestido Delphos caía libremente sobre el cuerpo y dibujaba con naturalidad la silueta femenina. Era un himno a la libertad del cuerpo, y una declaración de que el arte también podía intervenir en el acto cotidiano de vestirse. El corte minimalista se adornaba con un cordón de cuentas de cristal de Murano, un homenaje a Venecia, para ajustar el escote y las mangas. 

Fortuny patentó la elaboración plisada utilizada en el vestido Delphos. Lapatente estaba a su nombre, pero en una nota él mismo declaraba que había sido Henriette Nigrin quien lo diseñó. Pese a esa patente, hoy día la técnica empleada por el artista sigue siendo un secreto

 

Vestido Delphos de Fortuny

Vestido Delphos de Fortuny

Vestido Delphos de Fortuny. Palacio Galliera, París.

Album

Lo que impresionó en su momento, y aún hoy llama la atención, es que con esta factura un diseño sencillo y esencial, por no decir exiguo, cobra vida de forma independiente gracias al movimiento del cuerpo. A su vez, el efecto de la luz en los pliegues crea cambiantes claroscuros que recuerdan las aguas de la laguna veneciana, como vio Proust. Fortuny también patentó el diseño de Knossos, quizá para distinguirlo de otras túnicas que se estaban poniendo de moda, como  las que Gustav Klimt y su compañera Emilie Flöge estaban confeccionando en Viena en aquella misma época.

Proust imaginaba los personajes femeninos de sus novelas vestidos con coloristas prendas de Fortuny

Mariano Fortuny es recordado por su dimensión artística, pero no podemos pasar por alto su extraordinaria capacidad empresarial y como inventor. Una de sus innovaciones más notables fue un sistema de iluminación teatral, la lámpara Fortuny, patentada en París en 1901. 

 

Inventor polifacético

Se trataba de una cúpula de hierro y tela cuya forma cóncava abraza el escenario; gracias a un juego de espejos, una luz suave envuelve al espectador. La condesa Marie de Béarn se convirtió en su mecenas, ya que hizo instalar la cúpula en su teatro privado entre 1903 y 1906. La atmósfera envolvente de cielos de colores y nubes proyectadas por la lámpara le dio fama, y la empresa alemana AEG empezó a fabricarla en serie para los teatros de Alemania y, más adelante, para el resto de Europa.

Fortuny también patentó un sistema polícromo de impresión textil, un nuevo método de impresión fotográfica y las témperas Fortuny, que comenzó a producir en 1933. La fórmula permaneció en secreto hasta 2015, cuando, gracias al hallazgo de un tubo original, un equipo de investigadores del arte de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia logró identificar su composición.

Con el estallido de la guerra civil española y de la segunda guerra mundial, Fortuny se retiró al palacio Pesaro degli Orfei para dedicarse a la pintura y a escribir sus memorias. Murió en Venecia en 1949.  

---

Proust, admirador de Fortuny

En 1900,durante su primer viaje a Venecia, Marcel Proust visitó a Cecilia Madrazo y a su hijo en el palacio Martinengo, donde ambos vivían. Quizás entonces vio ya en Fortuny al «mago de Venecia», como lo llamaría. Además, Maria Hahn, hermana de su amigo íntimo el compositor Reynaldo Hahn, era cuñada de Cecilia. En una carta a Maria, Proust le decía, a propósito de la historia de En busca del tiempo perdido: «Desde que Albertine se ha convertido en mi prometida, me habla de los vestidos de Fortuny, que a partir de este momento indico siempre por su nombre, y la sorprendo regalándole algunos».

---

Cómodo e insinuante

Al principio, el vestido Delphos causaba escándalo por el modo en que parecía dejar traslucir las formas del cuerpo femenino. Por ello se utilizó más bien como camisón o prenda doméstica. Las primeras en lucirlo en público fueron actrices y bailarinas como Mata Hari, Isadora Duncan o Eleonora Duse. Fue en los años veinte cuando el Delphos se popularizó y se convirtió en un vestido de gala. Era cómodo y podía llevarse plegado fácilmente, por lo que ha sido considerado un precedente de la moda prêt-à-porter.

Las tres hijas de la bailarina Isadora Duncan con vestidos de Fortuny. 1920

Las tres hijas de la bailarina Isadora Duncan con vestidos de Fortuny. 1920

Las tres hijas de la bailarina Isadora Duncan con vestidos de Fortuny. 1920.

Roger Viollet / Aurimages

---

Esposa y musa

Nacida en Fontainebleau en 1877, Henriette Nigrin se casó a los 20 años con Jean Eusèbe Léon Bellorgeot, artista mediocre y empresario de arte, del que se separó pronto. Tras la muerte de Mariano, se dedicó a inventariar el patrimonio conservado en el palacio Pesaro degli Orfei, que dejó a la ciudad de Venecia.

Retrato de Henriette Nigrin por Mariano Fortuny. 1915

Retrato de Henriette Nigrin por Mariano Fortuny. 1915

Retrato de Henriette Nigrin por Mariano Fortuny. 1915.

Album

Este artículo pertenece al número 241 de la revista Historia National Geographic.